uno
tus ojos
par de gatos que se exhiben por las paredes de mi casa
me hago esclavo de tanto miedo disfrazado de mezquita
y le pido con firmeza
que si queda algo debajo de la alfombra
pues que venga a buscarlo
dos
tus pupilas
maúllan como si no existiese la mansedumbre
no festejan la llegada de un ciudadano a las calles de mis espacios
chillan, se agobian
nadie duerme entre los dedos y la inconciencia
entro al templo
saco las garras de tus ojos
y me hago insurrecto de mis posesiones
tres
en esta casa hay un gran olor a despedida
quizá verde
violeta
o blanco
un olor que reposa entre la biblioteca y la mesa de noche
acá va a llover y a los gatos no les gusta la lluvia
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