no conoces mi casa
ni los vinos añejados de mis adentros
tampoco mi piel de penumbras,
mi espalda tatuada de lunas
mi cuerpo pudiese ser un árbol marchito
cosido con palabras dolorosas
yo pudiese ser rumiante de tu carne virgen
o tela tupida para tu nostalgia
sábado, diciembre 15, 2007
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